Neurociencias y PNL

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NEUROCIENCIAS Y PNL

En este artículo vamos a intentar demostrar que las neurociencias y la PNL tienen una relación muy estrecha. Y cómo los aportes de las neurociencias, fundamentan principios de la PNL.

Ya casi a 50 años de la creación de la PNL, algunos teóricos siguen encontrar sus falencias intentado desprestigiar a la PNL con la afirmación de que no es una ciencia. Y tienen razón. La PNL no es una ciencia, es un conjunto de herramientas que sirven para vivir mejor.

Para IAFI desde ya que la PNL es sumamente útil. Para ello, solemos apoyarnos en teoría de la neurociencia que la soporten y justifiquen. Nos basamos en los resultados que se dan, luego de 15 años ofreciendo cursos de PNL.

neurociencias y pnl
El estudio de las neurociencias y su relación con la PNL

TEORÍA DE LAS NEUROCIENCIAS SOBRE LA PNL

La pregunta famosa, de si la PNL sirve, es tramposa. Uno podría preguntarse si el psicoanálisis sirve, si la meditación sirve, si la religión sirve, etc.

La PNL, así como todos los ejemplos citados anteriormente, contribuyen a mejorar la calidad de vida de las personas. Suponemos que, a eso, nos referimos cuando hablamos de si algo sirve o no.

La parte más asombrosa de la PNL es lo que se conoce como los sistemas de representación, y dentro de ello, las submodalidades. Las neurociencias por mucho tiempo no han sabido explicar cómo funcionan las submodalidades de la PNL, pero ahora, hemos decidido publicar teoría de las neurociencias que apoyan los aportes de la Programación Neurolingüística.

LAS NEUROCIENCIAS APOYAN LOS APORTES DE LA PNL

Uno de los componentes más sutiles y ostensibles que usa el cerebro para construir modelos del mundo son las cualidades de las modalidades de representación sensoriales que distinguimos (ver, oír, sentir, gustar, oler), y que en PNL llamamos submodalidades (brillo, color, volumen, ritmo, textura, temperatura, condimento, saleroso, etc.).

Las submodalidades de la PNL son influidas por la interpretación del lenguaje y controlan su articulación, desde las palabras individuales hasta la sintaxis.

Cuando comunicamos algo, no podemos sino influir sobre las submodalidades. Biológicamente, las submodalidades son la herramienta más aguda con la que podemos influir sobre la estructura misma del pensamiento.

El concepto de submodalidades de la PNL es, en verdad, uno de los misterios más provocativos para el pensamiento.

Las submodalidades no son nuevas entre la comunidad científica que se ocupa de las neurociencias. Lo que sí es nuevo, es la influencia deliberada de estos componentes sutiles del pensamiento en la construcción de modelos humanos de desempeño y en las tecnologías de cambio más penetrantes.

NEUROCIENCIAS Y PNL: SUBMODALIDADES

¿Cómo Influyen las Submodalidades en el Funcionamiento del Cerebro?

Aunque las submodalidades han estado presentes en el arsenal de tecnologías del practicante de PNL ya por algún tiempo, sólo recién hemos comenzado a explorar las aparentemente infinitas posibilidades disponibles para influir en la construcción de modelos en el cerebro a este nivel.

A fin de ilustrar su poder, es necesario comprender cómo las diferentes submodalidades afectan el funcionamiento del cerebro.

Circuitería Reentrante de las Neurociencias

El primer principio de funcionamiento cerebral necesario para comprender los efectos de las submodalidades es el de circuito o señalización reentrante. El circuito reentrante es un principio arquitectónico básico de la formación de células nerviosas que dan origen a bucles de información de tipo cibernético y todas las submodalidades hacen uso de este principio arquitectónico.

Los circuitos reentrantes son los circuitos en el cerebro que se vinculan cibernéticamente en estructuras de retroalimentación elaboradas y actualizadas continuamente. Cualquier cambio que usted haga en un circuito, afecta inmediatamente hacia atrás a todos los circuitos participantes y viceversa.

Este solo principio es lo que da a las submodalidades su capacidad prominente para afectar las emociones, el comportamiento, la capacidad para generalizar y los mismos ‘paisajes’ en que organizamos y experimentamos nuestro mundo mediante el sistema cerebro/mente.

EJEMPLO DE LAS NEUROCIENCIAS Y PNL

Un ejemplo simple del uso de circuitos reentrantes puede encontrarse en la submodalidad «distinción de tamaño». Notamos que a medida que aumentamos el tamaño de una imagen, se incrementa simultáneamente la intensidad de la emoción correspondiente.

Al examinar de manera más profunda este nexo cibernético, encontramos que a medida que la intensidad emocional misma disminuye, también lo hace el tamaño de la imagen. Esta submodalidad en particular depende no solamente de los circuitos reentrantes, sino también de una propiedad del sistema nervioso llamada «codificación de población».

La Codificación de Población de las Neurociencias

La codificación de población es una manera en que el sistema nervioso expresa la intensidad de un estímulo. Mientras mayor la población de neuronas activada por el estímulo, más intenso es el sentimiento o emoción. El principio de codificado de población no está limitado al sistema visual.

Este principio es más fácil de entender al considerar la intensidad del dolor que se transmite a través del sistema somatosensorial, (de la raíz griega soma por cuerpo, y sus sensaciones; el sistema somatosensorial controla los sentidos externos del tacto, temperatura y dolor, y los internos de estados viscerales, posiciones articulares y dolor. Damasio 1994).

EJEMPLO EN LAS NEUROCIENCIAS Y PNL

Si una persona accidentalmente se quema toda la mano, la intensidad de las señales de dolor que viajan a través del sistema somatosensorial es mucho mayor que si esa persona se quema sólo un dedo, aun cuando ambas quemaduras sean graves. En este caso, el mecanismo que codifica la intensidad del dolor es la población o el número de neuronas involucrada en transmitir el mensaje.

Con este ejemplo es mucho más fácil comprender cómo funciona este principio en el sistema visual. Cuando percibimos un objeto o un suceso con nuestros ojos, éste se transmite a la corteza visual a más de 30 circuitos discretos. Uno de tales circuitos se llama VI.

Esta área de la corteza visual esta mapeada espacio-tópicamente. Esto significa que la actividad eléctrica en esa parte del cerebro equipara (o replica) espacialmente el modelo de activación que una imagen visual crea sobre la retina del ojo.

Esta es un área en la corteza visual donde las relaciones espaciales de una imagen visual son preservadas, de la misma manera como los pixeles de un monitor de T.V. conservan las relaciones espaciales codificadas por la cámara de video que inicialmente capturó la imagen.

Dicha información se transmite también a un área llamada corteza prefrontal de asociación, que se ubica detrás de la frente. Es aquí donde la ubicación es codificada por neuronas especiales llamadas células VI.

En esta corteza de asociación, la información sobre un estado fisiológico es vinculada a información sobre la imagen visual. Lo que hace realmente el sistema somático, al registrar información fisiológica sobre sus sensaciones corporales y su estado emocional, es indexar la imagen visual que está siendo codificada por esas células piramidales.

En otras palabras, cuándo usted trae sus imágenes visuales a la memoria de trabajo por medio de la corteza prefrontal, las coordenadas espaciales de todas las imágenes activas son marcadas por un estado codificado por su sistema somatosensorial.

Esta función provee uno de los medios con el que usted puede cambiar el significado de un suceso que ha registrado anteriormente con el simple expediente de cambiar la ubicación de una imagen visual (como en un cambio de planimetría).

La circuitería que sirve a esta función es tan elaborada y poderosa que hace posibles procesos cerebrales de orden más alto tales como el razonamiento, la toma de decisiones, la resolución de problemas, planificar el futuro y hasta la codificación del tiempo mismo. Sin esta circuitería, estas funciones cesarían de existir tal como las conocemos.

El principio de circuitos reentrantes actúa juntamente con la codificación de coordenadas de manera tal que a medida que aumenta el tamaño de una imagen visual, ocurre un aumento en la población de neuronas que lleva esa información, tanto en VI como en la corteza prefrontal.

Ambos circuitos transmiten un cambio de intensidad a todos los circuitos reentrantes que participan, uno de los cuales es el sistema somatosensorial que registra los sentimientos y las emociones conectadas con una imagen.

En otras palabras, como en el ejemplo de la víctima de quemaduras, una población o número aumentado de neuronas que llevan el mensaje resultará en una señal aumentada de intensidad al sistema somatosensorial, resultando en un aumento en cualquier emoción o sensación que haya sido codificada originalmente.

Así, cuando influimos en el tamaño de una imagen «mental», hacemos uso de los principios de los circuitos reentrantes y del codificado de población en el cerebro.

Lo mismo es cierto cuando influimos en la intensidad kinestésica y percibimos el cambio correspondiente en el tamaño de una imagen visual. A este tipo de nexo nos referimos usualmente en PNL con el término «cinestesia».

Lo qué es menos obvio es que el mismo principio de circuitería reentrante hace posible que el lenguaje influya en una submodalidad y que una submodalidad influya en la selección de palabras que describen la experiencia.

Cuando le pedimos a alguien «acércate más para echarle una mirada a eso», si el objeto es externo y ellos se mueven más cerca de él, el objeto llenará una porción mayor de su campo visual, de su retina y de su área visual VI.

Esto resulta posible por la función de codificado de población. A su vez, cuando miramos algo de lejos, se requiere de una población neuronal menor. Lo mismo es cierto para una imagen construida en la mente que «acercamos», con la adición de otro conjunto de circuitos: la corteza prefrontal, que sirve a la manipulación de imágenes.

Así, sí le pedimos a alguien que mire en detalle una cierta imagen, las palabras «en detalle» o «de más cerca» es una instrucción al sistema nervioso para aumentar el codificado de población y a su vez la intensidad.

Lo inverso es verdad cuando le pedimos a una persona que «tome distancia» para apreciar o ver las cosas. Lo que hace posible esto es el diseño del circuito reentrante entre las áreas que sirven al lenguaje (Área de Broca y área de Wernicke) y en la corteza visual (corteza occipital), así como también aquellas que están entre el cortice somatosensorial y el visual. En otras palabras, usted no puede no influir sobre las submodalidades cuando comunica.

La Frecuencia de Codificado en las Neurociencias

Otro sistema de codificación de información poderosa que da origen a las submodalidades se llama frecuencia de codificado. Básicamente, la frecuencia de codificado significa el número de veces que una neurona o sendero neuronal se dispara en un período determinado de tiempo. Mientras mayor el número de impulsos por segundo, mayor la intensidad del estímulo.

Cuando su dedo toca ligeramente una mesa, el sistema somatosensorial codifica la intensidad de la transacción enviando aproximadamente 1 impulso por segundo al cerebro. Pero, si con el mismo dedo usted toca una estufa a 300 grados, el mensaje se transmite a una frecuencia en exceso de 500 impulsos por segundo.

Este mismo mecanismo opera en el sistema visual. Cuando sus ojos perciben la luz de tan sólo una vela en una sala obscura, el cerebro recibe unos pocos impulsos por segundo por intermedio de sus senderos visuales, mientras que la retina es capaz de enviar cientos de impulsos por segundo durante la observación directa del sol.

EJEMPLO DE LAS NEUROCIENCIAS

Así, cuando le pedimos a alguien que «ilumine» una imagen, le damos una orden a su sistema nervioso para aumentar la frecuencia de codificado de una imagen existente y, al hacerlo, le estamos instruyendo que aumente la intensidad de las emociones y sensaciones codificadas con esa imagen.

Lo inverso es cierto cuando le pedimos que haga la imagen más opaca u obscura o que la re-presente en blanco y negro.

Cuando una persona usa estos términos en su propio lenguaje mientras describe una experiencia, lo que hace es hacer uso de las conexiones reentrantes entre los circuitos lingüísticos y los visuales de su cerebro.

La frecuencia de codificado también puede encontrarse en circuitos auditivos y en los lóbulos temporales. Este mecanismo sirve a la percepción del volumen.

Mientras más fuerte parece un estímulo o la imagen auditiva, más alta la frecuencia de impulsos a los circuitos auditivos en el cerebro.

Aunque hayamos tratado sólo con la punta del iceberg, usted indudablemente, ahora, ya tiene la idea de que las submodalidades no son simplemente una construcción de la mente.

Son una propiedad emergente de una manipulación precisa del tejido biológico en el cerebro, realizada a través del lenguaje, invitando al otro a cambiar ciertas cualidades de sus imágenes.

La exploración de las submodalidades ha dado origen a información que nos permite comenzar a modelar el desempeño humano al nivel neuro-cognitivo.

Ahora tenemos una comprensión mayor de los procesos biológicos que nos permiten modelar y formalizar procesos tan notables como la memoria fotográfica.

Una rama relativamente nueva de las neurociencias referida en la literatura con el nombre de «planimetría funcional del cerebro» ha validado también mucho de lo que hemos creído posible en la PNL por ya más de 20 años.

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