Transparencias y Quiebres

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TRANSPARENCIAS Y QUIEBRES

Transparencias y Quiebres son el comienzo de los procesos de Coaching. En este artículo explicaremos cómo, al salir de la transparencia, se inicia el quiebre que nos lleva al crecimiento interior y a hacernos de recursos que antes pensábamos que no los teníamos al alcance. De hecho, el coaching es eso: Mostrar a nuestros clientes que todos los recursos están dentro de él.

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EL QUIEBRE

Si hablamos de transparencias y quiebres, la palabra quiebre por sí sola puede darnos una pista de su significado. Todos hemos pasado por momentos en dónde sentimos que el mundo se nos venía abajo.

Un divorcio, un despido, una pelea o una muerte. Estos son ejemplos de quiebres extremos. Son momentos en donde todo estaba en su normalidad, y de un momento a otro ya no lo estaba.

Pero no podemos definir quiebre con ejemplos. Merecemos encontrar una definición, primero porque nuestra razón la pide, y segundo para poder distinguirlos.

Decimos que tenemos un quiebre cuando el rango de acciones que teníamos disponibles de un momento al otro cambia.

Nada mejor que un vídeo para ver la explicación de quiebres y su importancia, y luego continuar leyendo la nota para los detalles ¿Te parece?

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EJEMPLOS DE TRANSPARENCIAS Y QUIEBRES

Definición de Quiebre: El quiebre representa un cambio en el espectro de nuestras posibilidades de acción

Así como resulta fácil entender el concepto con los ejemplos drásticos, como un fallecimiento, una mudanza, etc., también podemos traer un ejemplo de quiebre sencillo:

Supongamos que dentro de cinco minutos tenemos que hacer una llamada telefónica importante. Debe ser justo a esa hora. Sacamos nuestro teléfono móvil y cuando vamos a hacer la llamada… no hay señal.

Esto es un quiebre. Antes tenía un espectro de posibilidad de acción, y ahora cambió. En este caso, no puedo llamar por teléfono. Este pequeñísimo ejemplo, nos lleva a la reflexión de que tenemos quiebres todos los días. Cada vez que, lo que antes era posible, ahora ya no lo es, hay un quiebre.

JUZGAR LOS QUIEBRES

Solemos juzgar a los quiebres como algo negativo. Por suerte hay quiebres positivos. Si nos remitimos a la definición, dijimos que cambia el espectro de posibilidades de acción, no necesariamente porque disminuya, sino que también puede aumentar.

Si estamos en la tranquilidad de nuestro hogar y nos llaman por teléfono para informarnos que, ese puesto de trabajo tan importante al que habíamos postulado, nos lo han adjudicado, tenemos un quiebre. Porque, nuevamente, el espectro de posibilidades de acción ha cambiado.

En términos de transparencias y quiebres, decir que un quiebre es positivo o negativo, es una mala práctica. Porque lo que puede representar para una persona un quiebre positivo, puede ser negativo para otra.

Destacamos esta distinción como algo importante que debe asimilar el coach: no juzgar los quiebres. Aquel que consiguió el trabajo, puede pedir una conversación de coaching porque ahora no sabe qué hacer, porque ahora tiene miedo de no ser suficiente, porque ahora deberá dejar su deporte favorito, o no podrá dedicar tiempo a su familia, o tendrá que cancelar sus vacaciones.

Si el coach juzga, el coach pierde confianza con el cliente. Si el coach pregunta: ¿Qué tiene de malo?, el coach no ha entendido que cada uno de nosotros somos seres diferentes. Estaríamos ante un coach que aún no ha soltado el programa metafísico porque aún cree, que el mundo es de la forma en que él lo ve.

QUIEBRES POR EL «DARSE CUENTA»

El quiebre no solo se genera por los sucesos del entorno. Es muy común que el quiebre se genere por un darse cuenta. Cuando descubrimos que nuestro trabajo no es lo que queremos para nuestra vida, estamos teniendo un quiebre.

No ha sucedido nada en particular, tal vez, una acumulación de sucesos, pero lo que en definitiva importa, es cuando lo declaramos. Ya no hay vuelta atrás, podré seguir trabajando en lo mismo, haciendo de cuenta que todo está bien, pero el quiebre ya se ha generado.

LA TRANSPARENCIA

Mientras que no haya quiebre, hay transparencia. Ella es el fluir de la vida, lo cotidiano, lo conocido, lo que sé que puedo hacer y lo qué no. La transparencia tampoco merece ser enjuiciada.

Mientras nuestra vida ande sobre ruedas sentimos que todo está bien, estamos en transparencia. Sin embargo, tal cual el parabrisa de un coche, uno puede mirar hacia afuera y observar todo el entorno.

No vemos el parabrisa, aunque esté enfrente nuestro. Un buen día, nos damos cuenta de que está rajado en una esquina. ¿Hace cuánto que estaba eso ahí?

Esta analogía es lo que nos puede suceder cuando se rompe la transparencia. Podemos convivir con nuestra pareja, el día a día se lleva, no está mal. Podemos estar teniendo desencuentros con un amigo, pero después de todo, somos amigos. O podemos estar alimentándonos mal, no tan mal, nada del otro mundo. Todo está dentro de lo conocido.

Hasta que un día decimos: “Esta persona no me hace feliz”, “Este amigo en realidad no lo siento un amigo”, o nos hacemos un análisis de sangre y el colesterol nos da alto. Estos son los tres quiebres de los ejemplos anteriores, respectivamente.

Declaramos el quiebre y salimos de la transparencia. Ya no hay vuelta atrás. Puedo seguir viviendo con esa persona, puedo seguir viendo a ese amigo, o puedo seguir alimentándome mal. Pero ya no existe transparencia. Soy consciente de ello y elijo seguir así.

LA DECLARACIÓN DE QUIEBRE

Cuando hablamos de transparencias y quiebres, debemos hacer la salvedad de que los quiebres no son malos ni buenos.

Simplemente suceden. Pero si retrocedemos al pasado, y observamos los quiebres trascendentales de nuestra vida, en líneas general, nos encontramos en condiciones de afirmar que han sido grandes aprendizajes en nuestras vidas.

transparencia o quiebre en coaching
Salir de la Transparencia nos abre puertas

Dolorosos o no, los quiebren nos colocan en un contexto emocional, donde lo que antes era imposible comienza a ser posible. Superar la muerte de un ser querido, parece algo imposible cuando éste vive, pero cuando llega la finitud, y una persona especial se nos va, algo en nuestra vida se transforma. Por decirlo de alguna manera, se produce un cambio, nos adaptamos, maduramos, y seguimos.

Si estamos en un país donde no sabemos hablar el idioma local, pero perdemos nuestra billetera, aunque sea con señas, comenzaremos a comunicarnos. El quiebre nos “obliga” a que utilicemos recursos que no teníamos pensado utilizar.

Cuando describíamos el eje del trabajo en el coaching, mencionábamos el elemento “potencial” que todos tenemos. Los quiebres encienden el potencial, nos hacen actuar y nos conducen a resultados.

Es importante hacer la distinción del mundo emocional. Que los quiebres produzcan emociones que no nos agradan, no implica su efectividad para mostrarnos lo que somos capaces de hacer para poder superar las situaciones o problemas.

En función de lo anterior, el quiebre de nuestros clientes, representa la oportunidad de mostrar el potencial que tiene cada persona para hacerse de sus propios recursos y actuar. De más está decir, que quiebres como duelos, deben tratarse en psicoterapia. Recordemos que en coaching trabajamos con objetivos. Entonces, se presenta la oportunidad de preguntarnos, si el cliente trae quiebres, ¿Cómo pasamos a objetivos?

TRANSPARENCIAS Y QUIEBRES: EL OBJETIVO

Partimos de la base de que el ser humano no está acostumbrado a pedir ayuda. Es más común plantear el problema que tenemos, que la solución que buscamos. A su vez, guarda cierta lógica, dado que se puede salir de un problema con distintas soluciones.

En términos técnicos, los clientes nos traen quiebres, y los coaches tenemos que averiguar cuál es el objetivo. En algunos casos, algo que parece tan sencillo, puede llevarnos más de una conversación de coaching.

Nota: Hacemos la distinción de que estamos enseñando cómo pasar de un quiebre a un objetivo a un nivel introductorio. Para conocer el proceso completo acorde alas competencias de ICF, recomendamos la lectura del Acuerdo de Coaching.

La estructura de la conversación, luego del saludo y algunos comentarios al pasar, se sucede a través de dos preguntas fundamentales. Estas preguntas son las piezas claves de una conversación. Son la brújula que nos indicará hacia dónde vamos a ir con nuestro cliente. Estas preguntas conforman el acuerdo de coaching.

Primer Pregunta:

¿Qué quieres trabajar hoy? o ¿Qué quieres trabajar en esta conversación?

Es muy importante que comprendamos la estructura lingüística de esta pregunta. Está haciendo referencia al estado presente del cliente. Aquí desplegará el quiebre o problema en cuestión.

Por ejemplo: quiero conversar sobre los problemas que tengo con un compañero de trabajo.

Distinguimos que éste es el estado presente, el problema del cual el cliente desea alejarse. Desconoce la solución, pero sabe dónde está, y sabe que no quiere estar ahí.

Segunda Pregunta:

¿Para qué quieres conversar sobre “x”? Siendo X la respuesta a la primera pregunta

Siguiendo con el ejemplo, preguntaríamos ¿Para qué quieres conversar sobre los problemas que tienes con tu compañero de trabajo?

Esta pregunta sencilla, que parece que tuviera una respuesta lógica, como “porque no quiero tener más problemas con mi compañero”, no tiene nada de inocente. Esta pregunta está intentando definir qué es lo que quiere el cliente, es decir, cuál es su objetivo.

En algunas ocasiones, efectivamente el cliente responde lo mismo a ambas preguntas, como si la primera pregunta fuera igual que la segunda. Sin embargo, podemos permitirnos la siguiente analogía: una es el puerto de salida y la otra es el puerto de llegada.

La práctica, y solo ella, nos permitirá comenzar a gestionar las diversas situaciones que se nos van a ir planteando. El rango de respuestas posibles es tan amplio, que merecería un manual exclusivo para aprender a repreguntar cuando las respuestas no son las esperadas.

Para terminar esta sección, si Juan nos respondiera lo mismo, diríamos: Entiendo, ¿Qué es lo que te gustaría que suceda entonces?

Aquí vemos como reemplazamos la segunda pregunta por otra que, a nivel lingüístico, es similar. Estamos preguntando ¿Qué es lo que quieres?

Nos permitimos insistir en este tema resumiendo. La primera pregunta significa: ¿Cuál es tu problema?, y la segunda significa ¿cuál es tu objetivo?

La importancia de conocer el objetivo es tal que, sin esa respuesta, no podemos hacer coaching.

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Bibliografía sobre Transparencias y Quiebres:

Manual de Practitioner en PNL– Axel Persello – IAFI

Manual de Coaching Ontológico – Axel Persello – IAFI

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