DIFERENCIA ENTRE CONCIENCIA, CONSCIENCIA E INCONSCIENTE
Queremos explicar la diferencia entre conciencia y consciencia así como entre inconciente e inconsciente en un artículo sencillo y práctico. No se trata de una falta de ortografía, si no, justamente, de tomar consciencia de la diferencia entre estas palabras.
A diferencia de la palabra CONCIENCIA, que atiende más a cuestiones morales, o expresiones del tipo “No tiene conciencia de lo que hace”, la palabra CONSCIENCIA, con “S”, se refiere al autoconocimiento y exploración de uno mismo.
CONSCIENCIA A DIFERENCIA DE CONCIENCIA
El consciente tiene un opuesto que es el inconsciente. Entre estas dos palabras se debaten nuestras creencias, acciones y motivaciones más importantes.
EL DESMAYO: INCONCIENTE O INCONSCIENTE
La palabra «conciente» también se utiliza también cuando alguien está desmayado, o casi, y nos preguntamos si está conciente o inconciente. Si bien este uso es bastante controversial, ya que ni la RAE muestra este ejemplo, sugerimos usar ambas con «S».
EL INCONSCIENTE COMO ALIADO DEL CONSCIENTE
De esta forma, dejamos claro que, cada vez hablamos de la toma de consciencia y de los aprendizajes que tenemos en la vida, la diferencia entre conciencia, consciencia e inconsciente se hace más latente.
Durante muchos años el inconsciente ha formado gran parte de todo lo que hacemos y decimos. Sin embargo, solemos prestar más atención a nuestra parte consciente.
Por ejemplo, una de las funciones del psicoanálisis, es traer a la consciencia, cuestiones que están alojadas en nuestro inconsciente. En otras palabras, crear LINKS o uniones entre lo que hacemos conscientemente, y su parte inconsciente.
¿CONSCIENCIA O CONCIENCIA?
Cuando hablamos de tomar consciencia, estamos diciendo en otras palabras, que debemos traer a la consciencia algo que estaba en nuestro inconsciente. Esta expresión también es conocida como «darse cuenta».
Por ejemplo, puede ser que descubra por qué me relaciono con personas problemáticas. O que descubra por qué me duele tanto cuando me critican. O las razones por las cuales procrastino. Y por qué tengo juicios negativos sobre mí. O por qué no logro perdonar a una persona.
Nuevamente, para dejarlo claro, cuando queremos usar la palabra conciencia (sin «s») nos estamos refiriendo a cuestiones morales. «Esa persona no tiene conciencia, no le importa lo que hace».
EL ABUSO DE LA RAZÓN
El ser humano se jacta de tener el uso de la razón por sobre las demás especies. Esto nos ha llevado a creer que todo lo podemos lograr pensando y analizando. Sin embargo, como mencionaba antes, las creencias y motivaciones que mueven nuestras emociones, comunicación y acciones suceden desde el nivel inconsciente.
Cada vez que descubrimos algo de nosotros, cada vez que traemos algo de nuestro inconsciente a nuestro consciente, estamos frente a una posibilidad de aprendizaje enorme.
EJEMPLOS DE COMO ACTÚA EL INCONSCIENTE
Lo que estoy diciendo no tiene nada de místico ni espiritual. Y nada mejor que ponerlo en ejemplos. Una forma que utilizo para que las personas se den cuenta de la importancia de nuestro inconsciente, es la comunicación no verbal.
Podemos pensar y racionalizar lo que vamos a decirle a alguien, pero nuestro lenguaje corporal no está en nuestra consciencia, al no ser que lo hayamos practicado. No somos consciente de que estamos emitiendo gestos de enojo cuando queremos mostrarnos cordiales.
Quien recibe nuestra comunicación, continuando con el ejemplo, puede tomar consciencia de que hay enojo en esa comunicación, pero no puede traer a la consciencia qué gestos específicos, hacen que lo perciba así.
CREENCIAS DEL INCONSCIENTE
En todos estos años, tanto en Coaching como en PNL, hemos aprendido que en el inconsciente habitan creencias muy disfuncionales.
La creencia de no sentirme merecedor es una de las más castradoras a la hora de luchar por lo que queremos. Las personas, aunque sean cuestionadas al respecto, no pueden verlo. Solo luego de algunos trabajos introspectivos lo descubren por sí solas.
Otro ejemplo claro de la participación simultánea de nuestra mente consciente y nuestra mente inconsciente es cuando conducimos un coche.
Yo no sé si han observado que uno se sube al coche y comienza a conducir, pero uno no va pensando en que tengo que hacer el cambio, en que tengo que mirar por el espejo. Uno simplemente lo hace como si fuera en piloto automático.
En un viaje largo, puedo estar pensando en cómo solucionar un problema, o ir soñando sobre lo que haré cuando llegue a destino. ¿Quién condujo el coche? Pues nuestra parte inconsciente.
E incluso, cuando nos sentamos en una silla, no nos detenemos a pensar en cómo hay que sentarse. De todo eso se ocupa nuestro inconsciente, afortunadamente.
CÓMO CONECTAMOS CON NUESTRO INCONSCIENTE
La autopista que une nuestra consciencia con nuestro inconsciente es un trabajo individual de cada uno de nosotros. Hay personas que no están interesadas en traer a su consciencia cómo están viviendo su vida. Son personas que actúan en piloto automático. Y tal vez, puede que les sea funcional.
En el otro extremo, estamos quienes permanentemente nos cuestionamos el por qué de cada cosa. Tratando de entender por qué hacemos algo mal una y otra vez. Pero muchas veces el cuestionarse no alcanza. Porque el cuestionarse es autorreferencial.
Es decir, estamos tratando de solucionar un problema de nuestra mente consciente desde la misma mente consciente.
La solución a un problema está en un nivel diferente al del problema.
Albert Einstein
CÓMO ACCEDEMOS A NUESTRO INCONSCIENTE
Mucha gente encuentra esta respuesta en la hipnosis. Y si bien es cierto que se descubren cosas asombrosas, no es el único camino. Descubrimos nuestras intenciones inconscientes cada vez que alguien nos da una mirada de lo que estamos haciendo, y la tomamos como válida. Por ejemplo a través de la terapia.
Cada vez que nos sucede algo difícil y duro, en nuestras vidas, descubrimos acciones repetitivas y podemos asociarlas con todas las veces que lo hemos hecho, y estamos frente a una posibilidad de traer información de nuestro inconsciente.
En las relaciones de pareja o de amigos, suelen pasarnos cosas como preguntarnos ¿por qué estoy con esta persona si no me gusta tal cosa? Esa pregunta es una comunicación entre nuestra parte consciente y nuestra parte inconsciente.
¿Por qué siempre estoy ayudando a los demás y no me ocupo de mí? Te suena conocida esta pregunta. Sucede que al ayudar a los demás, el otro está en deuda conmigo.
Es una forma común de ganarnos cariño y aceptación. Pero muchas veces la otra persona no nos pidió ayuda, o ni siquiera le interesaba. Por ejemplo, los padres sobreprotectores.
LAS 4 PALABRAS JUNTAS: CONCIENCIA, CONSCIENCIA, INCONCIENTE, INCONSCIENTE
La conciencia se refiere a lo moral, la inconciencia cuando alguien está desmayado (aunque se acepta más con «S»), la consciencia se utiliza cuando nos damos cuenta de algo y el inconsciente o subconsciente es una parte de nuestra mente cargada de programas que nos lleva a actuar, sentir y responder con patrones que desconocemos.
Por ejemplo, dicho en palabras coloquiales, el psicoanálisis trabaja haciendo un link o uniendo cabos sueltos entre nuestro inconsciente y nuestra consciencia. Te dejamos la explicación de Wikipedia
RESUMEN DE LA DIFERENCIA ENTRE CONCIENCIA Y CONSCIENCIA
La toma de consciencia es el camino directo para conseguir mayor bienestar, para relacionarnos mejor, para constituirnos como buena oferta para los demás, para descubrir por qué doy 2 pasos hacia adelante y 3 hacia atrás.
¡Cada uno de nosotros debe descubrir cuál es la mejor forma de alcanzarlo!
Nuestros cursos de coaching ontológico, como modelo de coaching transformacional, se caracterizan por descubrir nuestras acciones inconscientes que no nos son funcionales.
Esta es la metodología que utilizamos en IAFI para el crecimiento personal y profesional. Para más información ingresa a nuestro Cursos de Coaching Ontológico. Y por favor, ten en cuenta la diferencia entre hacer coaching y hacer psicoterapia.
Ing. Axel Persello: Trainer en PNL – Coach PCC -Trainer en Hipnosis Ericksoniana
