Pensamientos Automáticos

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PENSAMIENTOS AUTOMÁTICOS

Pensamientos automáticos, juicios, diálogos internos y otros nombres similares que mantienen nuestra mente ocupada de forma permanente, son responsables de quitarnos horas de sueños, generarnos miedos, disparar nuestro lado crítico hacia los demás pero también hacia nosotros mismos, debilitando nuestra autoestima y otros síntomas más que, si estás leyendo esta nota, ya conocerás mejor de lo podamos escribir aquí.

¿QUÉ SON LOS PENSAMIENTOS AUTOMÁTICOS?

El término pensamientos automáticos es utilizado específicamente por la Terapia Cognitiva. El término diálogo interno, que hace referencia prácticamente a lo mismo, lo utilizamos en Programación Neurolingüística. Y la palabra Juicios, es nombrada mucho en el Coaching.

Sin embargo, podemos utilizar cualquiera de estos términos para referirnos a esta forma de tener la mente ocupada de forma permanente.

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Es difícil controlar los Pensamientos Automáticos, pero no Imposible

LA TERAPIA COGNITIVA

Desde la terapia cognitiva, los pensamientos automáticos son aquellos que aparecen en el fluir del pensamiento normal y condicionan su dirección o curso. Se les atribuye una certeza absoluta, por eso no son cuestionados y condicionan la conducta y el afecto.

En general son breves y pueden ser verbales o aparecer en forma de imágenes. A la persona se le imponen, y por eso, son automáticos.

Los pensamientos automáticos son fugaces y pueden entenderse como la expresión o manifestación clínica de las creencias. Ya que en general las personas no son plenamente conscientes de sus creencias, pero sí lo son o lo pueden llegar a ser de sus pensamientos automáticos.

EJEMPLOS DE PENSAMIENTO AUTOMÁTICO

Un ejemplo de pensamiento automático podría ser el de una mujer que estando en una fiesta mira a un hombre que le gusta y se dice: “Estás fea”, “ No se va a fijar en mi”, “Igual te vas a quedar sola” o “Te va terminar dejando”.

Estos pensamientos automáticos podrían corresponder a una creencia nuclear del tipo: “No merezco el amor de nadie”.

La Psicoterapia Cognitiva trabaja con esos diálogos internos que todos tenemos, ya  que gran parte de nuestro tiempo lo utilizamos para hablar con nosotros mismos.

Este fenómeno, que ya sorprendió a los griegos es responsable de muchas de las cosas que nos pasan, tanto las buenas como las malas.

Al repetirnos tantas veces los mismos contenidos, terminamos creyendo con un nivel muy alto de certeza, lo que ellos afirman, sin someterlos a un juicio crítico.

Fuente: Terapia Gestalt (1988) de Castanedo Secadas, Editorial Herder, Barcelona.

EL ENFOQUE COGNITIVO

La Psicoterapia Cognitiva es un procedimiento que se desarrolló originalmente para tratar la depresión, pero actualmente existen diseños que permiten tratar otros trastornos y diversas problemáticas humanas.

El tratamiento se basa en el supuesto teórico de que la conducta y los afectos de una persona se encuentran determinados por su forma de estructurar el mundo (Beck, 1976). Ver Esquemas de la Terapia Cognitiva

El esquema básico de la Terapia Cognitiva puede ser graficado como un triángulo en donde en cada vértice podemos ubicar a los pensamientos o cogniciones, la conducta y la emoción.

PENSAMIENTOS – EMOCIONES – CONDUCTAS

Los pensamientos se relacionan estrechamente con las emociones y las conductas, y entre todas estas existe una influencia recíproca. Pensamiento influye en la emoción. La emoción en la conducta. Y así, unos con otros.

Analicemos un ejemplo: un paciente depresivo que se dice (pensamiento): “No sirvo para nada”, esto probablemente lo haga sentirse angustiado (emoción) y seguramente esto hará que llore, se tire en la cama, intente suicidarse (conductas), al verse así corroborará su creencia inicial: “No sirvo para nada”


CÓMO REDUCIR LOS PENSAMIENTOS AUTOMÁTICOS

No existe una fórmula mágica para eliminar los pensamientos automáticos. Pero existen el yoga, el mindfulness, y todo tipo de meditación, que es una práctica que lleva siglos con el propósito de «apagar» la mente.

Prácticamente las técnicas recién nombradas son las más recomendadas. Otras formas para aquellos que huimos un poco de la meditación, puede ser la práctica de un deporte o alguna técnica marcial centrada en el cuerpo, como el Chi-Kung y similares.

Escuchar música también puede servir, especialmente música significativa para nosotros, dado que funciona como un ancla que nos traslada a diferentes estados emocionales y por ende, conectados más con nuestro cuerpo.

Otra forma de trabajar los pensamientos automáticos consiste en ponerlos en duda. Esta tarea requiere la posibilidad de hacerlos conscientes, y luego, dudar de ellos. Por ejemplo, diciéndonos «ya he pensado esto antes y no resultó tan cierto».

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Por Axel Persello – Director de IAFI

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